Prisioneros en Guantánamo

prisioneros-guantanamoEl 6 de febrero los prisioneros de Guantánamo han iniciado una masiva huelga de hambre, lo que nuevamente pone sobre el tapete la situación de los presos confinados en dicha base militar y el limbo legal en que se mantienen desde el 2002, cuando el gobierno de George W. Bush decidió que se trasladara hacia ese lugar a los detenidos de su guerra contra el terrorismo, iniciada en Afganistán luego de los atentados del 11 de setiembre de 2001.

El presidente Barack Obama se comprometió a solucionar la situación de los detenidos y cerrar de manera definitiva esa prisión que ha sido considerada un centro de tortura por organizaciones como Amnistía Internacional. Por otro lado, un informe de las Naciones Unidas recomendó su clausura en el 2006. Obama durante su primer gobierno intentó la clausura de ese reclusorio pero fracasó debido a la oposición de legisladores republicanos y demócratas.

El artículo 4° de la Convención de Ginebra garantiza el buen trato y un juicio justo a los prisioneros de guerra. La pregunta es si entran en esa categoría los acusados de pertenecer a la red terrorista Al Qaeda y los milicianos talibanes. En el 2002 el entonces Secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, catalogó a los detenidos que eran trasladados a Guantánamo como combatientes ilegales, pero nunca aceptó que fueran prisioneros de guerra.

El abogado inglés Geoffrey Robertson en su ensayo “Crímenes contra la humanidad” sostiene que a los combatientes talibanes sí les corresponde ser tratados como prisioneros de guerra; aunque no está claro si dicha definición es aplicable a los miembros de Al Qaeda. Robertson señala: “El estatus de prisionero de guerra lo reciben miembros de las fuerzas armadas o partes en conflicto, y también miembros de milicias y cuerpos de voluntarios que formen parte de dichas fuerzas armadas. Los combatientes talibanes responden a esta definición, pues eran el ejército del gobierno talibán. No está claro en el caso de Al Qaeda, pero dado que constituían una milicia de voluntarios, que habían luchado como camaradas junto al ejército talibán, lo más correcto es pensar que también merecían el estatus de prisioneros de guerra”.

Según la Convención de Ginebra cuando el detenido sea interrogado no tendrá la obligación de declarar, solo está obligado a dar sus nombres y apellidos, su graduación, la fecha de su nacimiento y su número de identificación. Sin embargo, en Guantánamo los prisioneros son interrogados con rigor y hasta se les aplica métodos que pueden ser catalogados como tortura, lo que inclusive ha sido reconocido por la propia administración de George W. Bush.

En febrero pasado 97 de los 166 prisioneros que aún permanecen en Guantánamo iniciaron una masiva huelga de hambre; lo que ha obligado que una parte de ellos sean alimentados por la nariz a través de sondas nasogástricas, las cuales se introducen por la nariz hasta llegar al estómago. La Asociación Médica de Estados Unidos ha señalado que esta práctica va contra la ética.

Por otro lado, 86 de los 166 detenidos existentes en Guantánamo tienen luz verde para ser trasladados a sus países de origen o a terceras naciones, pues no existen pruebas que sustenten que estuvieron involucrados en actividades terroristas. Muchos legisladores estadounidenses se niegan a autorizar el regreso de los reclusos a sus países de origen, porque piensan que reincidirán en su práctica extremista; y también hay países que no quieren recibirlos bajo este mismo argumento.

El Parlamento norteamericano tampoco autoriza transferir a los detenidos a cárceles de máxima seguridad de Estados Unidos, porque –según éste- existe el temor de que alguno de ellos pueda escapar y se convierta en una amenaza para la seguridad del país.

La alimentación forzosa en la cárcel de Guantánamo es una infracción del derecho internacional y una tortura prohibida por el derecho internacional, ha señalado recientemente el Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Rupert Colville. Esta postura se basa en las normas de la Asociación Médica Mundial, la misma que en 1975 indicó que los métodos de alimentación forzosa nunca deben ser utilizados sin el permiso de un preso, ya que el reo tiene el derecho de negarse si está reconocido por un médico como un individuo capaz de tomar la decisión racionalmente sobre las consecuencias de su acción.

Por otro lado, la senadora demócrata Dianne Feinstein ha pedido a la Casa Blanca que se reanude el proceso de transferencia y liberación de 86 reos que hace más de tres años cuentan con el visto bueno de la Administración para regresar a sus países. Cabe señalar que la huelga de hambre se inició en protesta porque se les había confiscado fotos y correspondencia al registrar sus celdas e inclusive los soldados dieron trato irrespetuoso a sus copias del Corán. Pero la frustración y la sensación de abandono que se ha instalado en los detenidos es lo que subyace detrás de una protesta que ha provocado problemas de disciplina y la intervención de los militares para reprimir conatos de rebelión.

El Comité de la Cruz Roja Internacional indicó que la desesperación entre los detenidos “no tiene precedentes”. En diario The New York Times ha denominado al centro de detención como “la mancha de Guantánamo”, aunándose a las protestas y pedidos de solución al limbo legal de los recluidos. En setiembre del año pasado, un preso yemení de 36 años de edad, llamado Adnan Latif, presumiblemente se suicidó tras pasar caso once años en la prisión y después de que un juez le dictara su libertad en el 2010. Hasta su muerte, Latif llevó a cabo varias huelgas de hambre.

Recordemos que Estados Unidos tomó posesión de Guantánamo el 10 de junio de 1898, en el contexto de la guerra por la independencia de Cuba contra España. En 1903 el entonces presidente cubano Tomás Estrada Palma y su colega estadounidense Theodore Roosevelt firmaron el Tratado Cubano-Estadounidense que establecía el control total de Estados Unidos sobre la bahía de Guantánamo. En ese entonces se acordó que Estados Unidos le pagaría a Cuba una renta anual de dos mil dólares por el uso de la base. Pero desde la llegada al poder de Fidel Castro, en 1959, la isla solo ha cobrado dicha renta una sola vez. A pesar de los pedidos de Cuba para que Estados Unidos se retire de Guantánamo, ello no se puede hacer efectivo mientras ambas partes no estén de acuerdo, ya que Estados Unidos siempre ha rechazado esa posibilidad.

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