Avance del narcotráfico en el mundo

narcotrafico-armas-650En estas últimas semanas el Gobierno de Enrique Peña Nieto ha endilgado duros golpes al narcotráfico mexicano, al lograr la captura de varios de sus cabecillas más importantes. Sin embargo, aún está muy lejos de mermar la fuerza organizativa de los cárteles existentes en ese país.

El 10 de marzo de 2011 en Morelia, capital del estado de Michoacán, se anunciaba el surgimiento de una nueva organización criminal denominada Los Caballeros Templarios. Dos años después, la región se ha convertido en una de las más violentas del país y esta organización delictiva, que se compara con los guerreros de las cruzadas, es el tercer cártel más poderoso de México. Los Caballeros Templarios tienen presencia en diez estados del país, habiéndose aliado con el Ejército Revolucionario del Pueblo Insurgente, por lo que han incrementado su capacidad operativa.

Existen otros cárteles que tratan de arrebatarle sus dominios a esta organización michoacana, con la finalidad de controlar la producción de droga, especialmente marihuana y heroína. Ahora la guerra de los templarios es con la Familia Michoacana, el Cártel de Jalisco Nueva Generación, el Cártel de Sinaloa, el Cártel del Golfo, Los Zetas y el Cártel de los Beltrán Leyva.

El Instituto Nacional de Estadística y Geografía reveló que durante el 2012 se registraron 26.037 homicidios en todo el país. Solo en Michoacán los homicidios cometidos ese año sumaron 826; es decir, 18 asesinatos por cada cien mil habitantes. En los Estados de Chihuahua y Guerrero se registraron 77 homicidios por cada cien mil habitantes.

De acuerdo con el libro titulado “El México narco”, en la década de los 80 arrancó la producción de la droga a gran escala en la accidentada geografía del estado de Michoacán, especialmente el cultivo de la marihuana y amapola, base de la heroína.

Por otro lado, según información oficial de la policía, en el 2002 nace la organización delictiva denominada La Empresa, la cual además del tráfico de drogas, se dedicaba a la extorsión, aliándose para ello con el cártel del Golfo. N el 2006 esta organización cambia de nombre por el de la Familia Michoacana, quienes públicamente ordenaron a los lugareños a adoptar buenas normas de conducta, advirtiendo que no quieren robos en el estado, tampoco pleitos ni drogadictos, y dejan constancia de que ajusticiarán a quienes desobedezcan. De manera paralela, continúan con sus actividades criminales que incluyen el secuestro y el cobro de cupos a quienes venden piratería y a quienes se dedican a otras actividades legales, como la ganadería o minería. También se dedicaron a prestar dinero y a recuperar bienes a quienes los ha perdido, cobrándoles como “comisión” un pago equivalente al 30% del valor de lo recuperado.

Ante esta situación, los pobladores de numerosos municipios han formado grupos de autodefensa para hacerles frente y evitar seguir siendo extorsionados. En este escenario, el vacío de poder es evidente en Michoacán, cuyo gobernador está enfermo y con licencia y quien lo reemplaza es acusado de trabajar para Los Caballeros Templarios.

Se cuenta que Los Caballeros Templarios tiene como labor luchar contra el materialismo, la injusticia y la tiranía en el mundo, así como contra el desmoronamiento de los valores morales. Refieren que una regla fundamental para ellos es respetar el voto de silencio y, en caso que este se rompa, al responsable se le aplicará la pena capital. Por otro lado, exigen que los miembros de la organización deben tener una conducta intachable; en ese sentido, no deben emborracharse ni abusar de la inocencia de mujeres castas y menores de edad, usando el poder o el engaño para seducirlas. Además, tienen prohibido consumir drogas o enervantes, por lo que están obligados a practicarse periódicamente exámenes de detección de dichas sustancias. El secuestro con el propósito de obtener dinero también está prohibido.

Servando Gómez Martínez, alias “La tuta” y profesor de profesión, es el cabecilla de los Caballeros Templarios y es uno de los hombres más buscados de México. Según datos de la policía, éste se inició en el mundo del delito en el 2001, siendo uno de los fundadores de la Familia Michoacana. Se cuenta que es uno de los hombres más violentos al grado de ser capaz de asesinar solo porque quien le leía las cartas del tarot l reveló que supuestamente alguien lo traicionaba.

En el otro lado del planeta el tráfico ilícito de drogas al parecer ha cobrado mayor fuerza. Es el caso de Egipto -que por estos días vive un extremo estado de violencia- que se ha convertido en un floreciente mercado para el narcotráfico. Allí desde la revolución no hay control policial y es un lugar idóneo para el tráfico de drogas. Según estadísticas, en el 2011, unas 12 mil personas fueron atendidas en los centros de rehabilitación egipcios y, al 2012 las atenciones aumentaros a 40 mil personas. Lo verdaderamente alarmante es que la edad de inicio en el consumo de drogas ha bajado hasta los 11 de años de edad.

La mayoría de las sustancias tóxicas que ingresan a Egipto provienen de Libia, así como de la península del Sinaí. Pero este fenómeno no es exclusivo de Egipto, pues en la vecina Libia la situación es aún más dramática porque ni siquiera existe una agencia estatal y solo hay un centro especializado en todo el país, con sede en la ciudad de Bengazi. Durante la era de Muamar Gadafi se sabía poco de los peligros de las drogas y la educación no ha mejorado desde entonces.

Los grupos criminales aprovechan la estratégica ubicación de Egipto para el contrabando de sustancias hacia el resto del mundo. Hace poco Irán, en una mediática ceremonia pública, prendió fuego a cien toneladas de droga incautadas por sus fuerzas del orden. Pero gran parte de la ilícita mercancía se queda en los países árabes. Por las calles libias, egipcias e incluso en la franja de Gaza, los jóvenes recurren a las drogas a modo de evasión por el desempleo existente y una infancia de desigualdad y miseria que han arruinado cualquier expectativa de porvenir.

Junto al hachís y la heroína, la estrella de los drogadictos árabes es el tramadol, un fármaco usado para aliviar la enfermedad al facilitar la inhibición del sistema nervioso. Se emplea como paliativo para dolores agudos crónicos, pero en las calles de Medio Oriente triunfa como un eficaz estupefaciente. El tramadol es una sustancia muy adictiva que puede inducir incluso al suicidio. Sus efectos secundarios son extensos, pues produce vértigo, dolores de cabeza, erupción cutánea, pérdida de apetito o esquizofrenia. La medicina, llegada desde el mercado asiático, se ha convertido en el enemigo público de las autoridades árabes.

Las píldoras han conquistado Gaza a través de los túneles subterráneos que sortean el bloqueo comercial impuesto por Israel. El movimiento islamista Hamas, que gobierna la franja, ha extremado la vigilancia y ha prohibido la venta del medicamento en farmacias sin receta médica.

En muchos países de la región, el delito de tráfico de drogas se castiga con condena a muerte. A principios de junio un tribunal egipcio confirmó la pena capital para tres extranjeros, entre ellos un británico de 74 años, por tratar de introducir a Egipto tres toneladas de cannabis desde Pakistán.

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