Olfato Occidental y Recursos Naturales

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Olfato Occidental y Recursos Naturales

Mali era uno de los países más estables de África Occidental, con sostenidos índices de crecimiento macroeconómico y alternancia política en la presidencia. En el 2011 miles de combatientes de la etnia tuareg, que habitan al norte de Mali, se trasladaron a Libia para defender el régimen de Gadafi, agradecidos porque en anteriores revueltas independentistas el dictador les brindó refugio en su territorio. Con la caída de Gadafi, los tuareg regresaron a su país llevando consigo un arsenal que les fue entregado en Libia.

En enero del año pasado empezaron su ofensiva contra el ejército de Mali y tres meses antes habían anunciado la formación del Movimiento Nacional de Liberación de Azawad. Los tuareg se aliaron con islamistas radicales pertenecientes a Al Qaeda del Magreb Islámico. Posteriormente, en abril de 2012 declararon la independencia del norte de Mali a la que llamaron República de Azawad. Los tuareg y sus aliados han seguido avanzando por el territorio lo que ha dado lugar para que Francia intervenga en si antigua colonia, enviando soldados para ayudar al ejército y repeler a los rebeldes.

El argumento del país galo es que los rebeldes podrían extender sus tentáculos a todo el territorio y sus aliados islámicos empezarían usar la nación como centro de entrenamiento de terroristas con el objetivo de prepararlos para cometer atentados en Occidente. Además, el gobierno francés adujo que quería proteger a sus más de seis mil compatriotas que viven en el país africano. Pero ¿Son estos los únicos motivos para la intervención francesa?

A pesar de sus cifras positivas en los últimos años, Mali sigue siendo uno de los países más pobres del mundo; el ingreso per cápita de sus ciudadanos es de 1.500 dólares y la esperanza de vida es de 49 años. Además, tiene uno de los más altos índices de mortalidad infantil, pues por cada mil nacimientos mueren 106 niños. El motor de la economía es la agricultura; pero el país también tiene importantes reservas minerales.

En las zonas tuareg de Mali y Níger hay grandes reservas de uranio, uno de los minerales más escasos del mundo. En Níger operan transnacionales francesas explotando las minas de Arlit y Akouta. La presencia de Al Qaeda en la zona hace temer a Occidente que terminen controlando la explotación de uranio, mineral que podría ser vendido a Irán, país que aspira a obtener la bomba atómica y para ello necesita enriquecer uranio. Además, Mali es el tercer productor de oro en África, cuya explotación está a cargo de la compañía británica Gold Fields.

Francia y Mali han empezado han recuperar el terreno que había sido ocupado por los rebeldes. Una vez terminada la intervención militar se sabrá si el verdadero objetivo del país europeo es beneficiarse con los preciados minerales de su antigua colonia.

Guerra en el Congo:

La lucha armada en la República Democrática del Congo ahora es con fines económicos, es decir, por la explotación de las minas de oro, diamantes y sobre todo coltán (llamado oro gris por su color) cuyos minerales abundan en el país del África Subsahariana. Estos recursos no son precisamente sinónimo de riqueza para su pueblo sino el origen de guerras, urdidas por bandidos algunas veces apoyados por otros países, que pelean entre ellos o con el Estado por controlar los yacimientos.

Desde su independencia de Bélgica en 1960, la República Democrática del Congo ha tenidos breves períodos de paz y prolongados episodios de conflictos armados que han dejado más de cinco millones de muertos. El último choque ocurrió hace unas semanas cuando rebeldes del M23 invadieron la ciudad de Goma tras derrotar al ejército, retirándose de manera voluntaria. El M23 es un grupo armado que está integrado por soldados congoleños desertores que responden a las órdenes de Bosco Ntaganda (a) “El Exterminador”, buscado por la Corte Internacional por crímenes de guerra y de lesa humanidad.

Además, este grupo está formado por rebeldes tutsis del Congreso Nacional para la Defensa del Pueblo, asentados en la provincia de Kivu del Norte, de la que forma parte la provincia de Goma. El auge de la tecnología tiene mucho que ver con lo que sucede en la República Democrática del Congo, país que posee el 80% de las reservas mundiales de coltán, mineral que se usa en la fabricación de celulares, computadoras portátiles, consolas de juegos, GPS, televisores de plasma y reproductores de música. También es empleado en la construcción y mantenimiento de centrales nucleares y en la fabricación de misiles. La mayor parte de estos yacimientos se encuentran en Kivu del Norte y Kivu del Sur.

La denominada Segunda Guerra del Congo, ocurrida entre 1998 y 2003 tuvo como objetivo principal la apropiación de los recursos del país subsahariano; habiendo participado en esa guerra Namibia, Zimbabue, Angola, Chad, Libia, Sudán, Uganda, Ruanda, Burundi, milicias tutsi, entre otros actores. Aquella época según datos de la ONU, los grupos armados extrajeron casi cuatro millones de kilos de coltán en la República Democrática del Congo, por un valor de 793 millones de dólares. Hoy, con el auge de la tecnología, esa misma cantidad de coltán costaría 1.600 millones de dólares. Y es evidente que intereses occidentales también intervienen en estos conflictos por los mismos intereses, a cuyo negocio se agregan la venta de armas. (El periodista Roger Zuzunaga Ruiz ha efectuado una minuciosa y valiosa investigación sobre estos conflictos en: Mali, las razones de la guerra y La guerra eterna en el Congo).

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