- Cambio Climático
Escribe: Dr. Leonardo Sánchez Colchado.
En los últimos años el cambio climático y sus impactos potenciales y reales se han hecho cada vez más evidentes. Esto se debe a los resultados de la investigación científica pero también a los movimientos ambientalistas, los medios de comunicación, la intelectualidad crítica, dirigentes de gobiernos progresistas y productores de energías alternativas, que han hecho de este problema y sus implicancias un centro de atención política y social. La Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático y el Protocolo de Kioto surgieron en la década de 1990 como el mecanismo político internacional para abordarlo.
En los dos últimos años la cuestión del cambio climático ha trepado a la cima de la agenda política, lo que tiene relación con la publicación del Cuarto Informe del Panel Intergubernamental sobre cambio Climático, el informe Stern y con los precios exorbitantes de la energía, y a partir de ahora la cantidad de recursos petrolíferos nuevos que se encuentren serán siempre menores a lo que se consume. En las Cumbres del G-8 en Alemania y en Japón en el 2008, el cambio climático y la energía fueron temas centrales de la agenda.
Sin embargo, es notorio que no es mucho lo que ha cambiado en los últimos veinte años. El consumo de petróleo y gas ha aumentado enormemente, los patrones de producción y consumo siguen siendo los mismos y estos procesos han sido rápidamente globalizados a través del capital transnacional, las políticas de Estado y el modo de vida de una clase media mundial.
Esto obedece a una razón principal: las políticas ambientales en general y las políticas de cambio climático en particular, son formuladas de acuerdo a la política dominante y a los intereses asociados a ésta. Hoy, la política dominante es neoliberal y se orienta a la competitividad, al mantenimiento y al fortalecimiento del poder de los gobiernos, las empresas y las sociedades de los países del Norte. Estas políticas favorecen a los intereses de las clases medias mundiales, incluidas las clases medias de los países con economías emergentes como China, India o Brasil. Todavía se promueve en el mundo el modo de vida occidental como algo atractivo; todavía se equipara el bienestar y seguridad social con el crecimiento económico.
Por otro lado, muchas formas locales de producción y de vida en realidad están en riesgo por causa del capitalismo globalizado, así como por un tipo de política climática que está modelado por las estructuras de dominación. El desarrollo de la producción de agrocombustibles para el mercado mundial en el seno del sector agrícola es la tendencia más visible.
Lo que surge en los últimos veinte años es un tipo de manejo global de los recursos en el cual los gobiernos, los empresarios, los científicos, algunas ONG y los medios de comunicación actúan colectivamente para controlar la destrucción del medio ambiente. Los instrumentos de la política ambiental mundial se basan fundamentalmente en el mercado, porque el “mercado” es considerado por poderosos actores como el mejor de los medios para tratar problemas de largo alcance como el cambio climático. No se puede fomentar transformaciones profundas si los otros países no participan.